El ácido poliláctico estimula profundamente la creación de colágeno devolviendo volumen a nuestra piel, haciendo desaparecer las arrugas profundas que se forman por la rotura de la estructura de la dermis y devolviendo jugosidad y tensión a nuestra piel.
La piel sufre cambios, en la función y forma de sus componentes, inducidos por procesos intrínsecos y extrínsecos. Desde la medicina estética, se define el término “bioestimulación” como el conjunto de procedimientos dirigidos a estimular, principalmente, los fibroblastos para mejorar el aspecto de la piel.

La comprensión de la fisiología de los fibroblastos, el control de la inflamación y el conocimiento de técnicas y materiales destinados a tal fin se hace imprescindible. Son muchas las preguntas que surgen en torno a la bioestimulación, lo que sugiere la necesidad de seguir avanzando en la comprensión de las claves del envejecimiento de la piel.
El ácido hialurónico empleado en medicina estética es un polisaca?rido biocompatible y reabsorbible. Estas cualidades le otorgan máximos niveles de seguridad, porque no asocia reacciones adversas, ya que el organismo lo identifica como una sustancia propia, y además, se va reabsorbiendo de manera natural.